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Inteligencia Emocional en el niño: El desarrollo de la Autonomía como Base para las Habilidades Socioemocionales.

A lo largo del crecimiento de los hijos son muchas las situaciones en que como padres habrá que acompañarlos, especialmente en aquellas donde sus deseos se ven frenados por los otros. Estos otros pueden ser sus iguales o figuras de autoridad y precisamente eso es lo que como padres lo convierte complicado. 

Nos preocupa que nuestro pequeño se sienta infeliz y en desventaja en relación a los demás. Queremos que sea un niño feliz y seguro de si mismo, capaz de enfrentarse al mundo. Sin embargo, suena complicado encontrar ese justo medio en la crianza que permita al niño desarrollar habilidades socioemocionales que le faciliten integrarse a corto plazo: al entorno escolar, y a largo plazo, queremos que sea un adulto no sólo funcional sino feliz, capaz de solucionar conflictos y gestionar sus emociones.

La clave esta en que como padres debemos tener en claro que la crianza debe estar basada en el entendimiento que somos acompañantes a lo largo del crecimiento del niño.

 Acompañar quiere decir que debemos brindar una estructura que permita el progreso de su autonomía, puesto que es el hito del desarrollo principal para que el niño este disponible para aprender a través de su crianza un bagaje amplio en habilidades para la vida. 

Recordemos que a partir de su nacimiento todos los esfuerzos innatos del niño van dirigidos a ser autónomo, por lo tanto, la biología nos confirma que somos acompañantes, por ende, responsables de crear las condiciones ideales para que ellos adquieran sus logros.

Inteligencia emocional en los niños

En otro momento, ya les había comentado que el desarrollo es progresivo, por dar un ejemplo, en las habilidades motrices gruesas el niño primero deberá sostener su cuello para posteriormente sentarse.

 Después tendrá que aprender a apoyarse en ambos pies para caminar y después de algún tiempo podrá correr. 

Las habilidades socioemocionales se van desarrollando a la par que el niño va teniendo el sentido de logro frente a los retos propios del crecimiento, el cual es progresivo, de lo físico a cuestiones tan abstractas como son las habilidades sociales. 

No obstante, para todos los aprendizajes fundamentales para la vida, el niño necesita cierto grado de autonomía para que lo sienta propio y adquiera seguridad. 

Para llegar a ese sentimiento de seguridad, el niño tendrá que haber pasado por gran tensión emocional; frustración, enojo, decepción, tristeza, etc.  Pero que como padre no se le puede evitar al niño puesto que es parte del aprendizaje significativo.

¿Cómo desarrollar autonomía en el niño?

A través de rutinas, reglas de convivencia, consecuencias claras y sobretodo haberlo comunicado todo de manera adecuada a la edad del niño. 

Existen métodos muy sencillos para organizar visualmente las rutinas para el niño, tales como calendarios grandes, tableros con imágenes de sus actividades y sus respectivos horarios. Junto con esto, se puede hacer la introducción del reloj y temporizadores. Cabe mencionar, que el desarrollo de la noción del tiempo es muy importante dentro de los procesos neuropsicológicos del niño. Son base elemental para el aprendizaje de las matemáticas en edades posteriores.

Otra estrategia es el uso de tiras con ciertas rutinas puntuales en donde se requiere que el niño actué dentro de cierto tiempo; por ejemplo, la rutina por la mañana antes de irse al colegio. Dicha estructura facilitará que el niño se desplace con mayor autonomía, sin necesidad que los padres estén marcando las actividades y los tiempos. 

Ofrecerle otros recursos al niño para guiar su conducta es una manera de decirle que es capaz y se confía en el.

¿Cómo continuar estimulando la autonomía en el niño ante un conflicto con sus iguales o figuras de autoridad (Padres, Maestros, abuelos,etc)?

La identificación y la expresión de las emociones, así como la reflexión acerca de la propia conducta y el hacerse cargo de ello, son habilidades que son parte de la inteligencia emocional y que queremos desarrollar en nuestros niños. Son herramientas para la vida, el que poco a poco el niño logre ser autónomo a la hora de enfrentarse con sus emociones y acciones vinculadas a los otros.

Por lo tanto, como padres es importante ANTES de dar una reprimenda por una conducta inadecuada MOSTRAR AL NIÑO que se COMPRENDE como debe de SENTIRSE respecto a la situación dado a que probablemente la emoción fue lo que encaminó a manifestar una conducta inadecuada.

Se sugiere COMUNICARLE CON PALABRAS LA SITUACIÓN ESPECÍFICA, por ejemplo:

“Siento mucho que estés tan triste porque no te compre el carrito que querías en el supermercado.”

 En este ejemplo, se le ayuda al niño a IDENTIFICAR lo que está sintiendo, y modelando cómo se manifiesta la EMPATÍA hacia el otro.

 “VEO que tuviste un día difícil en la escuela y que te SENTISTE enojado con tu compañero porque no te quiso prestar sus colores, pero mañana será otro día. Próxima vez estoy segura que lo podrás resolver mejor.”

En el EJEMPLO, se le refiere la emoción para AYUDARLE A IDENTIFICAR LO QUE SIENTE y se le hace saber que se le escuchó y que comprendió lo ocurrido. También se le hace saber que la situación es pasajera y que se CONFÍA EN ÉL, que una próxima vez tendrá un mejor desempeño en solucionar un conflicto.

Posteriormente, podemos hacer referencia a la consecuencia de su conducta inadecuada.

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Licenciada en Psicología Infantil por Cetys Universidad, Tijuana. Especialidad en Trastornos del Neurodesarrollo. Ocho años de experiencia en Consulta Privada a Padres y Maestros. Actualmente, coordinadora de Dpto. Psicopedagógico en una Institución Educativa Privada.

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