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6 Aspectos Importantes sobre los Berrinches y su Manejo con Niños con Autismo

Los Berrinches como Síntoma en los Niños con Autismo

Las dificultades que tienen los niños con trastornos del neurodesarrollo a la hora de aprender, tanto en casa como en la escuela, son principalmente la falta de motivación y atención. Por lo tanto, muchos niños con una condición del neurodesarrollo, frecuentemente, tienden hacer frente a lo que se les solicita o exige con berrinches, pese a que ya no se encuentran en la edad para dar ese tipo de respuesta.

En un niño más pequeño, de dos a tres años de edad, un berrinche que aparece con motivo o sin motivo, no es tan importante y no alarma, pero no de los cuatro años en adelante.

Cabe mencionar, que, dentro de los motivos de consulta de muchos padres, atienden a un psicólogo infantil, porque observan que los berrinches de su hijo son desproporcionados en intensidad y duración. Por lo tanto, también termina por ser lo que más atrae la atención de la escuela. Con esto, no quiero decir que sí el niño presenta berrinches, fuera del rango de edad que es esperado, tenga una condición del neurodesarrollo.

Los berrinches también se pueden presentar como conducta regresiva dado a una situación psicosocial; por ejemplo, como el divorcio de los padres, falta de reglas y límites, un entorno poco predecible para el niño, etc.

Sin embargo, en el caso de los niños con Autismo, los berrinches pueden ser desde gritar, tirar cosas, a mayores como: pegar, morder a otros, pero principalmente, la autolesión. Por lo tanto, puede que se hagan presentes conductas como golpearse a la cabeza, azotándola hacia la pared o incluso todo su cuerpo, darse bofetadas, arañarse o morderse.

Otro aspecto significativo en cuanto a los berrinches en niños con alguna condición del neurodesarrollo, es que, por lo general, en un niño neurotípico los berrinches duran poco: sólo unos segundos o minutos. En caso de niños con Autismo, los berrinches pueden durar horas y producirse todos los días.

En ocasiones, queda claro que es una resistencia al trabajo o resultado de la frustración, pero en otras puede no quedar claro que fue lo que alteró su conducta. Por otro lado, es importante señalar, que conforme van creciendo, como padre puedes percatarte que se complica significativamente controlar los berrinches, ya que el niño se va haciendo más fuerte.

  1. Los berrinches suelen ser la respuesta del niño a la frustración, como por ejemplo: la pérdida de un refuerzo habitual (cuando no se le da lo que él quiere llámese juguete, comida, porque no se lo ganó conductualmente), o un cambio en la rutina.
  1. Los berrinches aumentarán si aceptas los deseos del niño cada que se comporta de esa manera o le haces mucho caso. Existen pruebas e incluso como padre te puedes percatar de que al prestar atención y mostrar preocupación por el niño al producirse berrinches y conductas autodestructivas, éstas suelen aumentar. Es decir, el niño aprende a que es una buena forma e infalible manera de obtener atención o lo que desee.
  1. Es seguro que los berrinches desaparecerán si se les ignora. Si puedes resistir a los gritos y el alboroto, y si el niño no se hace daño o te lo hace, intenta trabajar a pesar del berrinche, comportándote como si no existiera. Esto se hace como extinción de la conducta. A veces es difícil para el padre y el niño, porque éste continuará siendo agresivo, manifestando muchas veces un pico (un aumento) antes de que dejé de hacerlo poco a poco. El aislamiento (darle la espalda o dejarlo solo) a veces es un modo fácil de alejarse y de manejar los berrinches. Sin embargo, en algunos niños con Autismo, resulta como un reforzador porque al niño le gusta estar aislado, sobretodo, cuando se trata de salir de un aula de clase. Por lo tanto, puede tener el efecto contrario al deseado.
  1. Si la causa inicial de los berrinches es la frustración, quizá puedas reducirlas evitando las situaciones frustrantes. Por ejemplo; cambios repentinos en la rutina del niño, querer cambiar un habito no paulatinamente y con una estrategia puntual. No obstante, si el niño evita frecuentemente las frustraciones, es poco probable que aprenda. La frustración es parte del proceso de aprendizaje, pero habrá que elegir en que momento y que situación vale la pena.
  1. Debemos tener claro como padres o educadores que los berrinches, en los niños con autismo, en su mayoría, son una respuesta agresiva a un entorno que no comprenden e incluso interpretan como agresivo. Por lo tanto, es importante que se lleve un sistema de registro de conducta, que permitirá evaluarla y entonces, realizar una intervención objetiva. Puesto que permitirá identificar claramente qué es lo que lo detona y qué podemos modificar desde el ambiente, que permita al niño integrarse mejor. Las preguntas que debe tener el registro que se llevará cada que aparezca el berrinche, durante 2 semanas, serán las siguientes:
  • Fecha
  • Hora
  • ¿Qué paso ANTES del berrinche?
  • ¿Qué paso DURANTE el berrinche?
  • ¿Qué paso DESPÚES?
  • ¿Cómo lo solucionó?
  • ¿Funcionó?

También permitirá conocer el alcance y el nivel de peligro para el niño durante el berrinche. Ya que, en muchas ocasiones, se interviene durante el berrinche por miedo a que el niño se haga daño.

 

  1. Recuerda, en cuanto haya estado callado durante dos o tres segundos, refuérzalo por comportarse bien (¡Qué bien te has sentado!) y vuelve inmediatamente al aprendizaje o a la tarea (si tardas en presentarle tus requerimientos, puede que esto suponga un refuerzo al berrinche y sirva para mantenerlo).  Es importante, mantener la calma y no tratar de hablarle o explicarle mientras esta en el berrinche porque no comprenderá. Es reforzar la conducta y seguido, continuar con la misma instrucción sin agregar palabras innecesarias como rogar, o repetir reiteradas veces la instrucción, etc. Si ya lo está haciendo, limítate a elogiarlo por lo bien que lo hace, describiéndole lo que hace y felicitándolo por hacerlo tan bien (¡Te ves fabuloso guardando tus juguetes!).

Recuerda que una actitud firme, en el momento adecuado tranquilizará al niño, lo mantendrá en el proceso de aprendizaje y lo protegerá de problemas.

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Licenciada en Psicología Infantil por Cetys Universidad, Tijuana. Especialidad en Trastornos del Neurodesarrollo. Ocho años de experiencia en Consulta Privada a Padres y Maestros. Actualmente, coordinadora de Dpto. Psicopedagógico en una Institución Educativa Privada.

2 comentarios en “6 Aspectos Importantes sobre los Berrinches y su Manejo con Niños con Autismo”

    • Hola Sissy, es importante que se realice una evaluación integral lo antes posible (para poder brindar una atención oportuna y efectiva, es decir, aprovechar la plasticidad cerebral), es decir, que se valoren todas las áreas del desarrollo del niño (lenguaje, cognición, socialización, autoayuda y motricidad); asimismo, que contigo se realice una entrevista clínica por parte de un especialista (Psicólogo infantil o Neuropsicologo) que se dedique a evaluar y diagnosticar específicamente los trastornos del neurodesarrollo o el Trastorno del Espectro del Autismo. Si te interesa, podría brindarte mayor orientación en una entrevista por videollamada. Puedes solicitarla en la sección de este blog donde dice: Servicios.

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