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El hogar y el aprendizaje: Diseñando un espacio para el niño.

En la agenda de quienes se encuentran involucrados de manera directa o indirecta en la educación de nuestros niños está encontrar recursos para llegar hasta los hogares, organizar contenidos y buscar herramientas para favorecer la interacción en línea, que permita a los educandos continuar aprendiendo. 

Sin embargo, probablemente no hemos profundizado en lo importante que es para el desarrollo y por ende, el aprendizaje del niño, el ambiente físico donde esto tiene lugar.  Si bien, este tiempo, especialmente en el área de educación hemos tenido que tomar decisiones hipotéticas del mañana, podemos tomar decisiones contundentes en cuanto al espacio que cohabitamos con nuestros hijos: los espacios de casa. 

Tal vez aún no tenemos y no sabemos si tendremos las respuestas en relación a nuestras inquietudes tales como la efectividad de llevar la educación en línea o si habrá efectos colaterales determinantes a largo plazo, que desfiguren el desarrollo psicosocial de nuestros niños. 

Pero, les puedo garantizar que si hacemos sinergia con los docentes creando las condiciones físicas para que el aprendizaje fluya y sea significativo, es decir, sí hacemos del hogar un laboratorio donde el niño pueda desenvolverse y explorar de manera autónoma, libre y  segura, probablemente tendremos como resultado niños seguros de sí mismos y con una buena autoestima. 

Además tendremos la garantía que es un ambiente que promueve la disposición del niño para el aprendizaje en línea. Como bien se habla en las teorías de Luria, no es posible separar “cerebro” de “contexto”.

Entonces, ¿Por qué vale la pena hacer cambios en la estructura física del hogar? 

Porque tal vez la educación como la conocíamos ha cambiado para siempre y nuestros niños necesitan más que nunca un refugio que cubra sus necesidades biológicas, psicológicas y sociales. 

Ahora, la escuela se hace en familia y como refiere el pedagogo italiano Francesco Tonucci: “La buena escuela es la que se construye sobre el mundo de los niños. En este momento, su mundo es pequeño: su casa.” 

No es que antes no fuera necesario, la teoría del aprendizaje contextualizado considera que la enseñanza y el aprendizaje son actividades de la vida cotidiana, por lo tanto, el aula debía transformarse en un laboratorio de recreación de la cultura desde la cotidianidad. 

Ahora todo ocurre en casa, es un buen momento para hacer algunos ajustes en los espacios que propicien el desarrollo del niño y, además que les facilitará la vida como padres.

Antes de empezar.

Debemos tener en mente que el objetivo de la siguiente guía es para diseñar un espacio pensado, no sólo en el adulto, sino en los niños. En donde haya una atmósfera emocional tranquila, pacífica, paciente, armoniosa, y respetuosa para todos; además de convertir el espacio en un elemento facilitador para el desarrollo cognitivo, afectivo, autónomo y del movimiento, basado en tres aspectos centrales: evitar el desorden, que sea acogedor y como padres, ahorrarse trabajo.

Una actitud más justa y caritativa sería crear un ambiente adecuado en el que el niño estuviera libre de la opresión de los adultos, donde realmente pudiera prepararse para la vida.”

María Montessori

Al diseñar, se sugiere tener en cuenta las siguientes características basadas en el método Montessori, la cual es una pedagogía científica que promueve una educación que contribuya positivamente al desarrollo del cerebro de los niños, respetando su individualidad y estimulando su autonomía y la confianza en sí mismos. 

Su creadora, la doctora María Montessori, le llamó a su trabajo: “Una educación para la vida.”

Simplicidad: espacios naturales.

Los niños son naturistas por biología. Por lo tanto, aprecian la belleza natural y realmente suelen apreciar  las formas y colores simples que se encuentran siempre en el exterior de casa; por ejemplo, como lo son los colores que encuentran en los parques, el mar, las montañas, etc. Por ello, se recomienda priorizar los colores claros en las paredes de las habitaciones y luz natural. 

También, se sugiere embellecer los espacios con arte y plantas a la altura de los niños, para que puedan apreciarlas. Pueden ser dibujos que ellos mismos hayan elaborado, seleccionado y enmarcarlos para decorar sus espacios.  

 

Menos es más.

Demasiadas opciones (como materiales escolares o juguetes) en un mismo entorno pueden generar confusión y distracción. 

Por lo tanto, se recomienda seleccionar muy pocas opciones de acuerdo a la actividad que se va a realizar en determinado espacio. 

Por ejemplo, si ya asignaron el espacio donde estará tomando sus clases en línea, ni en el escritorio ni en un lugar cercano deberá haber juguetes o materiales a la vista que no vaya a requerir para su clase. 

Asimismo, se sugiere tener este criterio en mente para el resto de los espacio de casa: sólo tener a la vista o a la mano aquellos objetos, juguetes, materiales que el niño utiliza con frecuencia. 

Aquellos que no, donarlos, venderlos o almacenarlos (Exclusivamente aquellos objetos que encontramos que son difíciles para el niño de usar y que en una próxima etapa podrían ser de utilidad). El tener menos, favorece el desarrollo de la capacidad de toma de decisiones.

Organización: todo en su lugar.

Se recomienda tener espacios y muebles bien delimitados en cada espacio del hogar.

Se pueden utilizar cajas, ganchos, percheros, repisas o canastos,  e incluso con etiquetas para ayudarles a aprender dónde van las cosas y por ende, dónde encontrarlas o guardarlas. 

Por ejemplo, probablemente en este tiempo de escuela en línea, habrá muchos trabajitos que quiera conservar, se puede utilizar bandejas de oficina para guardar sus actividades terminadas y otra para aquellas que estén pendientes de terminar. 

Así evitaremos que haya hojas por todo el hogar y será fácil de encontrarlas. También en estos tiempos, que los niños están todo el tiempo en casa, es importante organizar no sólo su escritorio, sino, los espacios principales  donde se realizan las actividades de la cotidianidad como vestirse, lavarse los dientes,  peinarse, lavarse las manos, tomar agua, etc. Para que fácilmente ellos mismos encuentren  los objetos involucrados en dichas actividades y puedan realizarlas sin depender del adulto. 

Cuando los ambientes externos están organizados, la organización interna del niño  (y su razonamiento) tiende a fluir fácilmente.

Accesibilidad: a su alcance lo que necesita para su día a día.

Todo debe estar diseñado y colocado para que los niños puedan moverse e interactuar a través del espacio sin la intervención de un adulto. 

Es encontrar la manera de ayudarlos para que puedan hacer las cosas de manera autónoma. Por lo tanto, se sugiere colocar los objetos, utensilios, ropa, libros, a su altura para que puedan identificar y acceder sin problema. El que los objetos estén dentro de su campo visual les facilitará el ubicar las cosas.  

Aquellos objetos que no queremos que tengan acceso colocarlos fuera de su altura. En el caso de que no alcancen el lavamanos, el fregadora, darles acceso a un banquito donde puedan trepar para alcanzar. 

¡Ojo! Esto no quiere decir que los dejaremos tiempos prolongados sin supervisión, puede acompañarlo a hacer las cosas por el mismo.

Seguridad: cables, enchufes, liquidos, cuchillos…

Un buen ambiente para el niño debe ser explorable. Sin embargo, debemos tomar muy seriamente el tema de la seguridad. Existen diferentes herramientas que podemos adquirir por costos accesibles. 

Por ejemplo, existen una especie de cilindros que cubren las perillas de la estufa, ganchos internos para los gabinetes, tapones para los enchufes, etc. 

Vale la pena anotarlo en nuestra lista de compras para mejoras del hogar. Sin embargo, podemos empezar por poner fuera de su alcance y campo visual objetos que sabemos que son un riesgo.

Silencio

Un ambiente bien preparado debe favorecer la autonomía física y la autonomía emocional (elecciones), además de fomentar la concentración. 

Por lo tanto, ésta habitación debe ubicarse en la zona más tranquila de la casa. Puede utilizarse tanto para tomar sus clases en línea y complementarlo con elementos para un rincón de lectura. 

La palabra “rincón” es tal cual una esquina de la habitación condicionada con cojines, tapete, una manta, una maceta linda y un pequeño  canasto o estante a su altura para los libros. 

Se recomienda evitar los aparatos electrónicos para crear un ambiente tranquilo (a excepción de la computadora si se comparte el espacio para la escuela en línea).

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Licenciada en Psicología Infantil por Cetys Universidad, Tijuana. Especialidad en Trastornos del Neurodesarrollo. Ocho años de experiencia en Consulta Privada a Padres y Maestros. Actualmente, coordinadora de Dpto. Psicopedagógico en una Institución Educativa Privada.

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