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¿Cómo Identificar el Trastorno del Aprendizaje de la Lectoescritura?

La mayoría de los problemas en el aprendizaje residen en un desorden neurobiológico que afecta cómo el cerebro funciona al recibir, procesar, guardar, responder y producir información. En consecuencia, tenemos a niños que presentan dificultades en diferentes categorías. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM – 5) incluye 3 categorías de Trastornos del Aprendizaje:

  • Con dificultad en la lectura
  • Con dificultad en la expresión escrita
  • Con dificultad matemática.

En esta ocasión nos enfocaremos en el Trastorno del Aprendizaje de la lectura y la expresión escrita.

Como mencione en el artículo anterior: ¿Qué Edad es la Óptima para Promover la Consolidación de Lectoescritura en los Niños? La primera etapa (de los 3 a los 7 años) corresponde exclusivamente a estimular y potencializar el lenguaje a nivel expresión oral como pre requisito para el desarrollo del lenguaje escrito. 

Por lo tanto, de los 7 años en adelante es una etapa en donde se debe de adquirir y consolidar la expresión escrita, es decir, la lectoescritura. Con base en investigaciones, se ha llegado a la conclusión de que, si se comparase el lenguaje oral y escrito de los niños de 7 años, encontraríamos que escriben de la manera como hablarían a los 2 años. 

Es decir, que la capacidad para expresarse baja inmediatamente al pasar por una forma de expresión compleja como es la lectoescritura. La destreza involucra una serie de funciones a nivel neuropsicológico, por lo tanto, empezaremos por hablar de los procesos que se encuentran deficientes en los niños con Trastornos del Aprendizaje de la Lectoescritura (TAL).

Primero que nada, no perdamos de vista que estamos hablando aún de lenguaje, por lo tanto, tenemos que conocer los componentes del procesamiento del lenguaje. El primer mecanismo es el procesamiento fonológico el cual permite al niño que identifique los sonidos en relación a los fonemas (ej. /b/, /l/ y /g/ son tres fonemas) que comprenden una palabra. 

Cuando el niño inicia a decodificar el lenguaje escrito, inicia por identificar el sonido de las palabras. De ahí se derivan 3 habilidades elementales para la adquisición de lectoescritura.

  • Consciencia Fonológica: Es la habilidad que el niño requiere para combinar diferentes estructuras fonológicas, es decir, partes de palabras presentadas de manera aislada (Sílabas), y formar una palabra. Por ejemplo: retomemos los fonemas /b/, /l/ y /g/, cómo cambia el sonido a partir de modificar el primer fonema: ba-ta, la-ta, ga-ta. Por lo tanto, se espera que el niño detecte y manipule los sonidos de una palabra e incluso combine. Básicamente, es el mecanismo principal que se estimula en el método de enseñanza Silábico. Esta es un área muy útil para observar y predecir cuándo un niño podría presentar un Trastorno de Aprendizaje de la Lectoescritura, puesto que manifiesta dificultad para identificar y aislar los sonidos de una palabra que se presentan como un todo. Pesé a la estimulación durante todo un Primer año de primaria, es común observar en estos niños que continúen manifestando dificultad en un Segundo Grado avanzado.

 

Cabe mencionar, que los niños con un Trastorno del Lenguaje generalmente manifiestan dificultad en esta área puesto que la producción del lenguaje oral, es su mayoría, tiene alteraciones en la pronunciación. Por ende, el niño al hablar, escucha distorsionado el sonido, por lo cual posteriormente, restringe la habilidad para distinguir y combinar las estructuras fonológicas al momento de iniciar a desarrollar la lectoescritura. 

Por lo tanto, cuando se observa una alteración de este tipo en el niño, primero se debe intervenir en la producción del lenguaje oral (Terapia de Lenguaje). Debido a que el retraso en la adquisición de la lectoescritura, en estos casos, radican en una alteración de producción del lenguaje oral (fonética articulatoria), no en una cuestión de decodificación como es el caso de la lectoescritura.

 

  • Velocidad de Acceso: Consiste en la habilidad que el niño debe tener para recordar de manera fácil y rápida los sonidos de las palabras. Esta habilidad funciona sinérgicamente con la habilidad de identificar el sonido (consciencia fonológica), debido a que a mayor claridad fonológica es más fácil para el niño recordar el sonido cuando lo escucha en otra palabra. Esto también aplica a la capacidad del niño para responder verbalmente a los estímulos visuales (Identificación de relación letra y sonido para que se dé la lectura). En dichos procesos se ve involucrada la memoria a largo plazo, ya que ahí es donde se almacena la información. Para algunos niños con TAL, la dificultad principal podría deberse a que no logra acceder de manera rápida al contenido almacenado en la memoria a largo plazo. Por lo tanto, existe una barrera para la automatización de la lectoescritura. Por ende, se habla de un doble déficit.

Los niños con TAL presentan dificultad en los subsistemas de la memoria como lo es la memoria a corto plazo o lo que también se conoce como memoria operativa. La memoria operativa es la capacidad de retener en la mente por un breve tiempo una pequeña cantidad de información, mientras realiza actividades que son relacionadas a dicha información, de manera simultánea. 

En esta área considero importante profundizar porque en la memoria de trabajo es donde se da el procesamiento simultaneo de información e integración de ésta con otra entrante, tal como la lectura o el procesamiento de oraciones en el lenguaje oral requieren memoria de trabajo (Bender, 2004).

A continuación, presentó un diagrama que describe la función de la memoria de trabajo en el proceso de adquisición de la lectoescritura según Baddeley (1986).

 

  • Memoria Fonológica: Es la habilidad de que el niño logre retener el sonido de una secuencia de fonemas (sonido de las letras) al momento que se pronuncia/lee una palabra. En los niños con TAL es común observar que al momento de “leer” suelen “deletrear” las palabras,  y no logran hacer la unión para su lectura y poder dar significado.

Otras posibles causas del retraso en la lectoescritura.

Aunado a lo anterior, coexisten déficits en los niños con un Trastorno del Aprendizaje de la Lectoescritura. Y estos son tanto en la atención como en las habilidades perceptivas y motoras.

Inatención: Es importante observar y determinar en los niños que presentan dificultades en la adquisición de la lectoescritura si la raíz del problema es una cuestión atencional o no. 

Si bien, los niños con TAL presentan inatención, en ocasiones es como mecanismo a la frustración derivada de intentarlo por mucho tiempo y no lograrlo. En cambio, cuando el motivo principal del fracaso en la lectoescritura es debido a un Trastorno por Déficit de Atención, incurre en errores no sólo en la lectoescritura, sino, en el resto de las áreas en desarrollo como lo es el área de autoayuda, socialización, etc… 

Por ejemplo, olvidos o perdida recurrente de objetos personales, dificultad para mantener un juego colaborativo a través de un objeto, dificultad para seguir instrucciones, incluso si estas son sencillas como en enviarlo a traer un objeto, parecer no escuchar cuando se le habla, no terminar las actividades aun cuando son de su agrado, dificultad para organizar sus tareas y/o actividades. 

En el caso de los niños con TAL, los problemas atencionales tienen que ver con cierta dificultad de procesar varios estímulos (letras) a la vez y seleccionar los más relevantes o los que se requieren en el momento. Es decir, no limitan el foco de atención, por ende, les lleva mucho más tiempo leer y escribir al momento que se les solicita. Esto lo podemos observar y entender en el aula como falta de “fluidez en la lectura”.

 Habilidades perceptivas y motoras: se refiere en investigaciones que los niños con Trastornos Específicos del Aprendizaje tienen más problemas en grafestesia (no detectan el trazo de un número hecho en la mano con un objeto puntiagudo), tareas motoras, percepción y conceptos espacio – cuerpo causado por anomalías en la organización temporal. 

Debido a que la coordinación motora y el lenguaje expresivo tienen principios comunes, dado a que ambos requieren de movimientos organizados secuencialmente (Organización Temporal), y dicho mecanismo está involucrado en el proceso tanto de decodificación y elaboración del lenguaje escrito. Es decir, el niño ejerce en ambas acciones (tanto al leer y escribir) coordinación ojo- mano de manera secuenciada y en una sola dirección a fin de que tenga sentido.

Si como padre o maestro identificas que el niño presenta dificultad en algunas de las áreas descritas, pasado los siete años y medio, es importante acudir a que se le realice una Evaluación Psicopedagógica. Ojo: dicha evaluación debe realizarla estrictamente un Psicólogo Educativo o Infantil especializado en diagnóstico y evaluación de los Trastornos del Neurodesarrollo, un Neuropsicólogo o Pedagogo.

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Licenciada en Psicología Infantil por Cetys Universidad, Tijuana. Especialidad en Trastornos del Neurodesarrollo. Ocho años de experiencia en Consulta Privada a Padres y Maestros. Actualmente, coordinadora de Dpto. Psicopedagógico en una Institución Educativa Privada.

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