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Propósito de una Evaluación Psicopedagógica en el Entorno Escolar.

El ingreso a la escuela por primera vez de sus niños, para muchos padres es la primera experiencia en donde reciben retroalimentación externa a la familia, acerca del desempeño de sus niños, y por ende, de su desarrollo. Por lo tanto, si los maestros observan que algo no va bien, podría representa para los padres el acercamiento inicial con un Psicólogo Infantil, Neuropsicólogo o Neuropediatra.

Algunos son referidos en preescolar y otros hasta su educación primaria. Incluso en algunas instituciones educativas privadas condicionan o es parte de los requisitos para la inscripción una valoración psicopedagógica (Screening) la cual refiera el estado general del desarrollo del niño. Para la mayoría de los padres es una noticia que sin duda les genera angustia por no tener certeza de la gravedad de la situación y, por otro lado, por el desconocimiento del objetivo y procedimientos del mismo.

Desde mi experiencia, bajo dicha condición, los padres con sus niños han llegado a la consulta. En muchas ocasiones los padres simplemente explican que la escuela sugirió o solicitó obligatoriamente la visita a un psicólogo infantil. Externan como motivo de consulta las conductas problema y/o dificultades referidas por parte de los maestros e incluso en la mayoría de los casos confirman dichas manifestaciones e incluyen algunas observadas en casa.

En ese momento, a partir del conflicto y los síntomas referidos por los padres, aunado a la observación clínica (durante la segunda sesión) al niño, se genera una hipótesis por parte del psicólogo infantil de lo que podría estar generando dicho freno o deterioro en el desarrollo del niño. Son pocos los padres que externan que se les ha solicitado una evaluación psicopedagógica y que conocen sobre el proceso, en su mayoría, están en el entendido que el niño ingresa a terapia para remediar un evidente problema.

A partir de cómo ha evolucionado la conducta (síntoma), tomando en cuenta los factores del entorno tanto escolar como de crianza, se podría decir, que se hace un cotejo si dichos comportamientos y/o dificultades corresponden a uno niño con determinada edad. Y no para términos de que, si es normal o anormal lo manifestado por el niño, simplemente, para ubicar la conducta o conductas problema como producto ya sea de la interferencia del ambiente o parte de un retraso de origen biológico en el neurodesarrollo.

Cuando hablamos de desarrollo, nos referimos a un grupo de conductas, habilidades que se espera con las que el niño cumpla a determinada edad que sirven como guía y previsor de alguna alteración en el neurodesarrollo. Si bien, un modelo familiar inadecuado siempre es un factor de riesgo, no siempre es el que exclusivamente provoca que los niños presenten retraso en su desarrollo cognitivo, psicológico y social. También existen factores de índole hereditaria u ocasionados por antecedentes de daño cerebral o riesgo biológico formados durante el periodo gestacional o neonatal.  

Es la labor del psicólogo infantil definir a partir de la información recabada en la primera entrevista, si se requiere una evaluación psicopedagógica formal para orientar a los padres en cuanto al tratamiento y la adecuación curricular escolar o se debe a factores del ambiente como un cuidado infantil inadecuado, ambiente empobrecido, estrés post- traumático, exposición a violencia, etc.

Si bien es cierto que resulta difícil aislar los síntomas como si fueran un factor autónomo, aunque la raíz del problema fuese biológico, es decir, un retraso ocasionado por un trastorno del neurodesarrollo, la sintomatología es conexa a baja autoestima por un autoconcepto empobrecido, ansiedad, conductas agresivas, dificultades para socializar, etc.

En la actualidad, aún se teme que las dimensiones categóricas del Manual de Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, quinta edición (DSM 5) el cual es utilizado por psiquiatras, psicológos y neuropsicológos para diagnósticar los Trastornos del Neurodesarrollo.

Se teme del “etiquetaje” o de una profecía autocumplida. Sin embargo, la detección oportuna de las dificultades en la infancia y el diagnóstico eficaz son base para elaborar programas de intervención y apoyo tanto a los niños como a los padres y maestros en pro del desarrollo e integración a cada uno de sus contextos, según sea el caso. Ya sean niños con una condición de vida como lo son los trastornos del neurodesarrollo o aspectos psicosociales los cuales también son considerados una Barrera del Aprendizaje y la Participación (BAP).

Asi que si la escuela solicitó dicho proceso o simplemente canalizó a tu niño a consulta con un Psicólogo Infantil, no tengas miedo. Acude, estarás sembrando su presente y estarás a mediano y largo plazo muy satisfecho con los resultados. 

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Licenciada en Psicología Infantil por Cetys Universidad, Tijuana. Especialidad en Trastornos del Neurodesarrollo. Ocho años de experiencia en Consulta Privada a Padres y Maestros. Actualmente, coordinadora de Dpto. Psicopedagógico en una Institución Educativa Privada.

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